Solo la Plaza de Acho y algunas iglesias coloniales, que forman el marco que hace de Lima Patrimonio Cultural de la Humanidad, son monumentos vivos y vigentes, cuya actividad late y palpita y que lo limeños usan y disfrutan desde su construcción hasta el día de hoy. Su uso no ha cambiado; sigue siendo el mismo, a través de los siglos. Es como si el paso del tiempo no hubiera alterado las costumbres y tradiciones de la ciudad; un fenómeno atemporal que la cotidianidad no nos deja percibir como es debido; lo damos por sentado, sin asombrarnos ni admirarnos.
PABLO J. GÓMEZ DEBARBIERI
PABLO J. GÓMEZ DEBARBIERI
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