Andres Roca Rey y Juan Leal cuajaron lo más torero de la tarde, Andres explosiono la tarde en el quinto con una faena de emoción y valor a raudales.
Andres Roca Rey dejó una cumbre en su temporada con una faena de sumo poder y exposición de poder y valor, cuya tarde quedará en la memoria de los aficionados y en la plaza de Bayona.
Roca Rey quedará en la memoria por la intensidad que supuso el
enfrentamiento de un toro fiero de verdad y de un figurón a la altura de su ambición que solo alguien de la talla del Roca Rey, puede lograr la magia con un animal tan complejo. Faena de poder a poder, rotunda por ambos pitones frente al Garcigrande que solo se entregó con la espada metida dentro. Más claro y boyante por el derecho, algo menos y reponiendo por el izquierdo, fue un toro para consagrar una ganadería -que Justo consagrado está ya- y examinar a todo el escalafón. Se le premió con la vuelta y Roca Rey con dos orejas, pero lo hecho era de rabo sin pensárselo.
El segundo de la tarde, primero de Roca Rey, ofensivo por delante y bravo en el caballo, embistió con temperamento desde el principio y se avecinaba un lío gordo. Tanta generosidad tuvo su precio: al entregarse tanto en la primera tanda, se lastimó una mano y el peruano abrevió de una entera certera, siendo aplaudido.
Adriano se le juntó todo el recuerdo de la obra maestra que acababa de realizar Andres, un astado violento, un toro que sin ser malo no tuvo ni la clase del primero, ni la fiereza del quinto. Muy metido en su tarea, Adriano le instrumentó una faena seria por ambos pitones y lo mató arriba, cortando una oreja, noche para recordar.
Ficha del festejo;
Plaza de toros de Bayona.
Primera corrida de la Feria del Atlántico.
Casi lleno de entrada.
Toros de Garcigrande.
JUAN LEAL, dos orejas y oreja.
ANDRES ROCA REY, palmas y dos orejas.
ADRIEN SALENC ‘ADRIANO’, silencio y oreja.
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