Andrés Roca Rey es el ganador del escapulario de oro de la Limeña 2022, sumando 4 históricos premios en su carrera como Matador de toros, enhorabuena por nuestra primera figura mundial de la tauromaquia.
⚜️2015 ⚜️2016 ⚜️2017 ⚜️2022
Andrés Roca Rey es el ganador del escapulario de oro de la Limeña 2022, sumando 4 históricos premios en su carrera como Matador de toros, enhorabuena por nuestra primera figura mundial de la tauromaquia.
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La Bicentenaria Plaza de Acho llena, se celebró este domingo la tercera y última corrida de toros de la Feria Taurina del Señor de los Milagros, que termino con salida a hombros de Andrés Roca Rey y "El Juli", mientras que Arturo Gillio que tomo la alternativa, se llevó un trofeo.
Con este cuarto Escapulario Andres Roca Rey iguala a José María Manzanares Padre en número de Escapularios conquistados, quedándose a uno de los cinco que posee como líder de la estadística, Enrique Ponce. Sin embargo, hay que apuntar que Andres es quien ostenta el récord de haber logrado tres Escapularios de forma consecutiva, hecho que ningún diestro en la historia ha logrado.
El Escapulario de Plata, al mejor toro correspondió a “Sabueso”, número 159, negro de capa, con 492 kilos, de la ganadería española de El Puerto de San Lorenzo, ejemplar con el que tomó la alternativa Arturo Gilio.
Ficha deol festejo;
Plaza de toros de Acho, Lima, Perú.
Feria del Señor de los Milagros.
Última corrida de Feria.
Un Lleno hasta la bandera .
Toros de El Puerto de San Lorenzo y San Pedro.
El Juli, silencio y dos orejas.
Andrés Roca Rey, dos orejas y oreja.
Arturo Gilio, que tomaba la alternativa, palmas tras aviso y oreja
El día de hoy se llevó a cabo una Cumbre en Defensa de la Tauromaquia con representantes de Perú, México, Colombia, Venezuela, Ecuador y España.
De manos de el Lic. Pablo Moreno, el día de hoy se celebró la Cumbre Americana en Defensa de la Tauromaquia, en la cual se expuso sobre el arraigo cultural de la Fiesta de los Toros en los países de América así como de las prácticas que lleva cada uno de los países para la defensa de la misma.
El evento se realizó en las instalaciones de la Asociación de Oficiales, Generales y Almirantes del Perú, donde se contó con los siguientes ponentes: - Pablo Gómez Debarbieri. Periodista. Perú. - José Luis Pérez. Presidente de la Asoc. Cultural Taurina del Perú. - Manuel Sescosse. Presidente de Tauromaquia Mexicana. México.(vía zoom). - Juan Carlos Gómez. Director General de Cormanizales. Colombia. - José Luis Rodríguez. Rejoneador y Empresario. Venezuela. - Guillermo Albán. Matador de toros. Ecuador. - Victorino Martín. Ganadero. España (vía zoom).
Al final de la cumbre se tomó la fotografía oficial con todos los ponentes.
En su aniversario (ayer), le dedico unas palabras a nuestra querida plaza, palabras que escribí hace unos años cuando era la apoderada. Esperemos que esto pase y podamos volver a juntarnos en ella. Se extraña su magia. El arte que allí se logra...
ACHO
Por; Josefina Barrón
La observo pelar la madera y las paredes de los contrafuertes con sus propias manos. Conserva la tranquilidad de quien sabe que llegará a tiempo a completar la misión encargada, a pesar de parecer y ser titánica. Me deja ver cómo ha sido tratada la plaza. Se ha añadido capa sobre capa con elementos plásticos, con cemento, al final con tanta espesura sobre el adobe que no se le permitió respirar. Por eso fue inminente retirar y retirar, sacarle todos esos años y peso de encima, y dejarla hablar; permitirle a la plaza decirnos cosas, guiarnos hacia donde ella quisiera llevarnos. Y eso fue lo que pasó.
Ana Elisa Berenguel, alguna mañana húmeda de junio, 2014. Ella es arquitecta, especialista en restauración de patrimonio, profesora de la UNI. Su último proyecto, Casa Moreyra. La empresa que ha tomado las riendas de Acho la ha contratado para que renueve la plaza.
Tiempos. Cubren, tapan, enmantelan, abrigan, mienten. Estos son machones antiguos como la tradición cuenta. Contrafuertes de cuarto de milenio que sostienen gran parte de la historia de Lima. Han visto andar a presidentes y villanos. A veces, ambos en la misma e ingrata sombra, aquellas tardes de verano, antes de que la feria se hiciera en octubre, cuando arreciaba el verano y se toreaba debajo del sol inclemente. Hasta que el Zeñó Manué decidiera que era oportuno vincular octubre, al Señor que hacía milagros, a la fiesta brava, a Lima y su recutecu de domingos, antes de que fuera demasiado tarde y el mar, el sol, enero y la orilla cautivasen al limeño cansado del gris. Y dejasen de forjar afición taurina.
Cuando era niña, venía al tendido nueve, barrera. Mi madre extendía su mantón de manila. Mi padre, su enorme sonrisa de ojos verdes. Una alfombra florida delante del ruedo. Pude oler la arena, oler al toro, escucharlo todo, hasta el breve espacio entre vida y muerte desde mi pequeño recinto de colibríes y flores bordadas. Pero nunca advertí los contrafuertes y arcos de una de las plazas más antiguas del mundo. En ese entonces solo contaba la dimensión sensorial. La razón vendría con la madurez. Tarde.
Acho había sido, en el principio de la historia, intensa como su esencia taurina. Acho, la plaza, de origen en el barroco limeño, nació en un tiempo de claroscuros, en una Lima que no los lograba por su cielo gris, por su falta de sol y sombras. Por eso los colores fuertes, por eso en Lima el azul añil, el amarillo ocre, el rojo almagre, todos ellos protagonistas de las paredes de la plaza alguna vez. Eso lo cuentan los testigos que encontramos en las paredes de adobe que yacían ocultas.
Hoy regresamos al pasado, buscando reconciliarnos con sus muros de adobe, reivindicándolos para la historia de Lima. Si dejamos volar nuestra imaginación, podremos ver un Acho de ensueño, un círculo azul añil al final de una alameda de intenso verdor, luego de un puente y un río en que sobraban camarones y vergeles.
En fin. El pasado, pasado es. Pero Acho está, se empodera toda ella y quisiera el respeto que merece su solera. Ahora que ando por debajo de sus arcos, siento el eco de siglos de liturgia; con los ojos apretados espero que cada mano que toque uno de estos muros de adobe sepa lo que Ana Elisa y yo ya sabemos: que es mucho más que un edificio. Es el alma que se recupera.