Jesus Enrique Colombo cuatro orejas y rabo, maximo triunfador en la Plasa de toros de San Miguel de Bolivar donde se lidió un encierro de la ganadería Trinidad de Marcelo Herdoisa.
Jesús Enrique Colombo regaló una gran tarde en el coso ecuatoriano de San Miguel de
Bolívar. El venezolano cortó un total de cuatro orejas y un rabo y salió a hombros junto a Calerito, que paseó un trofeo de cada uno de sus astados. Completó el cartel, Alexis Sandoval, que tomaba la alternativa y cortó un apéndice.
Ficha del festejo:
Lleno en los tendidos.
Jesús Enrique Colombo como más antiguo y director de lidia, dos orejas y rabo.
Juan Pablo García Calerito, oreja y oreja.
Alexis Sandoval, que tomaba la alternativa, oreja y silencio.
El 30 de septiembre y 1º de octubre Colombo se traslada al Perú para presentarse en San Miguel de Cajamarca lidiando toros de San Pedro y completando la terna Román y Juan Carlos Cubas. Mismo cartel para las dos tardes.
Arturo Gilio ovación y gran faena triunfal en "Jalisco" Mexico
Gran tarde de toros se vivió hoy Domingo, 29 Septienbre en la plaza "Jalisco", de Yahualica, donde Arturo Gilio en una gran faena donde indultó un bravo toro en 6to
lugar, “Médico” número 937 con 475 Kgs de Chinampas, se dio una corrida triunfal en la que Leo Valadez y el rejoneador Tarik Othón consiguieron dos apéndices. Los tres salieron por la puerta grande.
Ficha del festejo;
Plaza de toros de Yahualica, Jalisco.
Lleno total.
Toros de Chinampas,
TARIK OTHÓN, palmas y dos orejas
LEO VALADEZ,oreja y oreja.
ARTURO GILIO’, palmas y las orejas y rabo simbólicos tras indulto.
La producción cuenta cómo es un día en la piel del torero Andrés Roca Rey, desde que se enfunda el traje de luces hasta que termina la faena. El director, Albert Serra, pretende abordar los estados mentales y espirituales que afronta el torero en el ruedo.
Esto no es “Salvar al Soldado Ryan”, esto es el toreo. Fuente ; www.mundotoro.com
El miedo del toreo tiene una cualidad especial no escenificable. La forma, el modo, los lugares, las reiteraciones de Andres Roca Rey persignándose, no se puede escenificar.
Quizá alguno de esos opinadores propietarios de la verdad cultural oficial del cine se ha cortado en la mañana al afeitarse o en la yema de un dedo al pasar la hoja de un libro (tiene mayor probabilidad lo primero) y observara su sangre sin horror, pero con mal gesto: mancha. No hay miedo de muerte, pero mancha. Eso que mancha somos cada uno de nosotros. Mancha porque es sangre. Ergo, nosotros manchamos. El toreo tiene esa parte visual de lo que mancha que se llama sangre. Pero no para ser grabado con la lupa de una óptica de multi aproximación. La gota de sangre vertida en una plaza tiene la misma naturalidad que la que cae al cortarnos afatándonos. La misma. Con la diferencia de su fin y de su porqué y de su cantidad, claro. En el toreo la sangre tiene la finalidad del rito, del arte, de la continuidad de una actividad tan humana y tan real como el dolor, la alegría, la pena, el drama, la poesía, el miedo o… la muerte. Sí, la muerte.