El orgullo peruano volvió a los ruedos tras dos meses en el dique seco, y lo hizo saliendo a hombros por la Puerta Grande de Acho.
Roca Rey reapareció tras dos meses de inactividad toreando con mucho gusto y empaque a la verónica antes de enlazar varias chicuelinas ceñidísimas ganando terreno hacia los medios. El quite con el capote a la espalda en el centro del ruedo fue vertiginoso, sufriendo el peruano un revolcón sin consecuencias al término del mismo. Andrés Roca Rey firmó pasajes bellos toreando sobre la mano derecha al noble astado de Garcigrande, al que le faltó un punto de transmisión. El torero peruano se mostró pleno de facultades y por encima de su oponente toreando en terrenos muy comprometidos y con mucho poder. El epílogo fueron unas ajustadísimas manoletinas antes de despachar al primero de su lote de estocada y descabello.
Recital de Roca Rey en el cuarto de la tarde, al que saludó con dos largas cambiadas de rodillas, puso al caballo galleando con el capote a la espalda, quitó por chicuelinas y tafalleras, … Comenzó la faena de muleta con varios cambiados por la espalda antes de manufacturar templadas series de muletazos por ambos pitones a un buen toro de Garcigrande premiado con la vuelta al ruedo. Un final de faena abrumador entre pitones enloqueció Acho, que tras una gran estocada, pidió con rotundidad el doble trofeo para el limeño.
Frente al cierra plaza firmó otra faena muy poderosa Roca Rey frente a un animal que apenas ofreció opción de lucimiento. El diestro peruano dejó grandes naturales, toreando con mucha cadencia y empaque al de Garcigrande. Mató de certero espadazo y escuchó una ovación.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros de Acho (Lima, Perú). Lleno. Toros de Garcigrande, el 4º y 5º premiados con la vuelta al ruedo.
El Juli: ovación, silencio y oreja.
Andrés Roca Rey, que reaparecía: silencio tras aviso, dos orejas y ovación.
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