Morante de la Puebla que ya había bordado el toreo a la verónica con el "parte plaza", un toro blando y sin raza con el que optó por abreviar en el último tercio, cuajó una grandiosa faena al cuarto, toro estuvo de mucho gusto y tremendo compás por el derecho, y todavía mejor al natural, por donde brotó el sentimiento, el encaje y la hondura más absoluta. La gente disfrutó de lo lindo, Y Morante también. Funcionó la espada y las dos orejas fueron indiscutibles.
Fuente- COPE
Morante de la Puebla: Silencio y dos orejas.
José María Manzanares: Silencio y dos orejas.
Alejandro Talavante. Dos orejas y dos orejas.
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