domingo, 8 de abril de 2018

Curro Díaz, que da dos vueltas al ruedo en su regreso a la Maestranza





El linarense Curro Díaz abrió plaza ante un toro cinqueño que se vino arriba tras cumplir en el caballo y después del quite de tres chicuelinas y revolera de Pepe Moral. El de Las Ramblas mantuvo esa interesante movilidad en tres series por el pitón derecho y dos más por el izquierdo, aunque el viento molestó mucho a Curro Díaz, que despachó la faena con una estocada casi entera desprendida. Más cerca de la oreja estuvo en el quinto, otro ejemplar que cumplió en varas y que en la muleta permitió al de Linares sacar lo mejor de su toreo sobre todo con la mano derecha. Hubo momentos de gran hondura y sonó Suspiros de España, aunque un inoportuno chispeo y el toro a menos descentró al público de la faena. La espada cayó baja y, aunque hubo petición, el palco hizo bien en no conceder la oreja.

Pepe Moral recibió a su primero con dos largas cambiadas de rodillas en el tercio y hasta ahí, porque este toro dio nulas opciones al querer siempre los adentros y emplearse, las pocas veces que lo hizo, sin humillar. Lo despachó de pinchazo, estocada atravesada y un descabello. Otro cantar fue el cuarto, un toro más grandón ante el que el de Los Palacios comenzó la faena de muleta pronto y en la mano, citando desde los medios para darle un pase cambiado por la espalda. Protestó el de Las Ramblas cuando Moral quiso ligarle los muletazos, pero sacó clase cuando los planteó de uno en uno. Así llegaron unos naturales de ensueño que metieron al público muy en la faena. Una estocada trasera y atravesada puso en sus manos la única oreja de la tarde. La pena es que el sexto, el que estoqueó por el herido Román, no le dio opción de redondear su triunfo, pues este toro llegó muy descompuesto a la muleta, rematando Moral su actuación con una estocada tendida y cuatro descabellos.
Se presentaba el valenciano Román en La Maestranza y ciertamente no fue el estreno soñado. Su único toro, un ejemplar de pelo melocotón bizco del pitón derecho y con una auténtica percha en el izquierdo, pareció tener algún problema de visión de salida, aunque después sacó la virtud de humillar en las telas. Lo brindó Román, pero el astado fue a menos y, lamentablemente, en el epílogo de la faena, llegó el percance -sobre estas líneas- que envió al torero a la enfermería. De pinchazo y dos descabellos despachó a este toro Curro Díaz.

Fuente - cadenaser.com

Román Collado ha sufrido una grave cornada de dos trayectorias que le han ocasionado una lesión en
la musculatura pretibial y en la estructura vascular nerviosa de la pierna izquierda tras haber sido cogido por el tercer toro de Las Ramblas en Sevilla.



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